domingo, 27 de septiembre de 2009

PROVOCANDO EL DIÁLOGO ENTRE AMIGOS Y ENEMIGOS DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA DE VENEZUELA. (Introducción)



Mi papá me dice que no pierda tiempo tratando de dialogar con las personas que adversan el proceso revolucionario que vivimos en Venezuela. Me lo dice mientras gesticula intensamente expresando una gran frustración mezclada con rabia. Su cara, normalmente dulcificada por los signos de la vejez, se transforma en una máscara de odio y tristeza que se parece mucho a la soberbia cuando es desnudada por la psicología.


A mi no me gusta su reacción porque, precisamente, me recuerda la misma respuesta que he obtenido de la mayoría de las personas contrarias al gobierno, cuando he intentado establecer con ellas una conversación sobre temas relacionados con la política y con la realidad social en la que estamos inmersos. Ellas, las personas “opositoras”, prácticamente se desfiguran insultando a Chávez y a los chavistas, no me dejan responder razonadamente a sus comentarios, y cierran el vacío de sus frases diciendo que no perderán el tiempo hablando conmigo de “eso”. …Siempre me quedo pensando qué será “eso” si en realidad sólo incurrieron en ataques y agravios personalizados.


En otras oportunidades he sido yo la que claudica ante la posibilidad de un diálogo. Esto sucede cuando me doy cuenta que el interlocutor o interlocutora en realidad no quiere escucharme o no puede hacerlo por padecer una fuerte emoción negativa que nubla su razonamiento. Yo hago el esfuerzo de escuchar profunda y calmadamente, pero cuando es mi turno para hablar, la otra parte no me oye, no trata de entenderme, sigue escuchando en realidad su propia y única verdad, interrumpiéndome atropelladamente o elaborando mentalmente las frases que, según su creencia, podrían destruir mis convicciones y situar las suyas en el trono de los “vencedores”. …Así, yo no quiero hablar. No soy tan resistente o tan tonta. Y además casi nunca tengo el don de encontrar las palabras adecuadas cuando me siento agredida o víctima de una injusta e impuesta competencia.


He sido tan vulnerada en mi derecho a la libre expresión que, consecuentemente, existen personas -casi siempre vinculadas consanguínea o afectivamente- con las que ciertamente no deseo ni siquiera intentar el cruce de palabras sobre temas sociopolíticos. En esos casos específicos sigo de forma inevitable la tajante recomendación de mi padre: No pierdo tiempo tratando de dialogar.


Sin embargo, y aunque todo indique que cuando se trata de “Socialismo” o de “Chávez” las emociones a favor o en contra suelen ser demasiado apasionadas y sensibles, creo firmemente en la necesidad de promover la cultura del diálogo y el respeto a la diversidad. Pienso que lograr un intercambio de ideas sobre la realidad nacional y sobre los fundamentos teóricos del sistema que se está construyendo, sería fructífero para todos. Hablar de la interpretación que cada quién hace sobre lo que acontece, podría ser un ejercicio de humanidad en el que las partes involucradas reflexionaríamos y aprenderíamos mutuamente. En este intento, cabe acotar, no se puede prescindir del estudio de la realidad histórica mundial, así como tampoco del conocimiento y análisis de los verdaderos supuestos teóricos y de las verdaderas prácticas, que conforman los modelos socioeconómicos y políticos que existen o han existido. Dicho de otra manera, no hace falta ser experto en el tema para opinar sobre Socialismo, pero sin duda hace falta tener los referentes claros y, por supuesto, el interés de incidir positivamente sobre la realidad concreta que se esta construyendo novedosamente en esta República Bolivariana.


Por casi nunca haber podido conversar directa, tranquila y fluidamente con un opositor u opositora, he tenido la idea de que sus argumentos son por lo general falaces, endebles y basados en el desinterés o desconocimiento de los complejos factores que intervienen en nuestra realidad. En otros casos, los peores, he considerado que sus herméticas visiones son egoístas y pertinaces. Supongo pues que los argumentos que ellos y ellas imaginan que yo tengo son juzgados de la misma manera, y en el mejor de los casos, como soñadores, utópicos e ingenuos. Pero afortunadamente puedo afirmar también que, sobre todo mediante el papel, he mantenido intercambios de ideas que han generado la maravillosa experiencia de la comunicación. Tengo la suerte de mantener una refrescante –aunque discontinua- correspondencia con personas de muy variados perfiles que, sin ser amigos o amigas de este gobierno, han antepuesto el cariño o el respeto hacia mí, al antagonismo que promulgan hacia el proceso venezolano. Esto ha permitido que sus creencias u opiniones lleguen hasta mi entendimiento sin los manchones del resentimiento, y así mismo mis opiniones y creencias han llegado ante sus ojos y en muchas ocasiones ante su manifiesta comprensión.


Este milagro de la comunicación es lo que pretendo alentar al plasmar -en el próximo artículo o post- las críticas más frecuentes que han hecho mis interlocutores opositores, al Socialismo o a Chávez; así como las respuestas que yo he intentado ofrecer al respecto. Me inspira imaginar que al menos algún lector de esas líneas reflexionará al respecto y seguirá el ejercicio de complementar una u otra posición, generando otra conversación sobre el mismo tema en cualquier espacio.


Somos muchos los que anhelamos que nuestra patria se construya cada vez más con la participación de todos. Sería óptimo que pasado el período más difícil de la transición, se pueda llegar a un estado en el que la realidad no este fatalmente escindida entre amigos y enemigos de la revolución. Porque si bien la conciliación no es posible cuando al menos una de las partes está movida por el puro interés de conservar u obtener privilegios, y tampoco es posible cuando los antagonismos pertenecen al terreno de las convicciones ideológicas, creo que sí es factibles armonizar las ideas cuando los interlocutores o interlocutoras descubren que, a pesar de las distintas perspectivas que mantienen, pueden unificarlas mediante el deseo compartido de participar en el embellecimiento integral de la vida.


Si entrenamos las virtudes que se necesitan para el diálogo conseguiremos: por un lado, que las personas que apoyamos el proceso no caigamos en el conformismo y la autocomplacencia de creer que todo va marchando bien; que los funcionarios públicos no se crean impunes cuando cometen faltas o dejan de rendir cuentas de las gestiones que realizan; que los cuestionamientos pertinentes de los opositores se transformen en el antídoto de las conductas inadecuadas que indiscutiblemente existen dentro del gobierno; y que todos los buenos esfuerzos revolucionarios perfeccionen sus resultados. Así mismo, el diálogo permitirá que los opositores comunes (quiero decir, los ciudadanos que no son parte de la estructura de poder derechista y critican sin estar impulsados por mezquinos intereses individualistas), descubran el por qué no deben creer ciegamente la imagen distorsionada que sobre Venezuela presenta el aparato mediático manejado por los centros de poder dominante; reflexionen la diferencia que existe entre opugnar una ideología y hacer una crítica al proceder de una persona o grupo; y sobre todo, el diálogo permitirá que todos vivenciemos que no hay mejor forma de señalar o aceptar errores que hacerlo desde un profundo sentimiento de amor y esperanza que suele traducirse en ganas de aportar y participar constructivamente en las soluciones.


María Helena Heredia Flores

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domingo, 6 de septiembre de 2009

Sus pupilas

Nada escapa al campo gravitatorio de esos agujeros negros

que desde el centro de las galaxias que hay en sus ojos

todo lo absorben y todo lo transforman.

Yo misma he quedado atrapada al caer en el horizonte de sus sucesos.


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La imagen fue tomada de internet, tal como aparece en http://eurocosmos.net/astro/index.php?option=com_alphacontent&Itemid=33&sort=5&limit=15&limitstart=15

El texto es de María Helena Heredia Flores.


lunes, 31 de agosto de 2009

En el nombre del Mar



Parada frente al mar

mi existencia se reduce a este instante.

Todo se comprime

en el nombre del mar.



Caben adentro todas las vidas que amé

…las ciudades que conocí.


Se disuelven los sonidos y las formas.


Caben en el mar todas las historias

…las fragmentadas vivencias ya ausentes.


Se hunden los recuerdos

los deseos,

los espesos proyectos,

las revoluciones.


Desaparecen despacio todos los nombres propios

…los nombres propios de aquellas tardes replegadas.


Sobre las olas sólo permanece tu nombre

…tu nombre mío…


En la orilla, sobre los ciclos de espuma,

sólo permanezco yo

en trance hacia la última página del océano.

En medio de un paisaje vagamente cilíndrico,

rodeada de horizonte y llamada desde el centro por peces desconocidos,

los colores se apagan en un azul salitroso y mentolado.


Desaparece tu nombre en divina proporción de remolino.

Desaparezco también como difuminada en la brisa

bajo el sol atardecido en la gravedad de sus fuerzas,

en las olas que modulan la honda voz del mar.



La inmensidad se me expande por dentro

hasta el horizonte deshabitado de mi alma.

Ya no necesito amor.

No siento amor.

Todo está dado y recibido en el mar.

La inmensidad se me expande por dentro

como el universo submarino que fue amarte sin coordenadas.


Ya nada existe.

No existes.

La humanidad no existe.

El mar es la muerte, la vida, la paz absoluta que tanto he buscado:

El mar es el giro de los dioses que aprendieron a no ser


Me abandono. Me entrego.

Soy mujer sumergida

Soy hombre profundo

Ahora soy pulpo

Soy pez

Soy espermatozoide sin padre ni madre

Soy Giros

Algas

Burbujas

…Soy danza por fin…

Ondulo

Me revuelco, Me deslizo

Me desintegro.

No soy.




…De pronto…Alguien me nombra desde afuera.


María Helena Heredia Flores

30/8/2009

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Fotos 1 y 2 tomadas por Antonio Russoniello

Foto 3 tomada por Malena

martes, 11 de agosto de 2009

Adivinanza en trova.


Es aquel que cuando sufres

parece extenderse más

Es aquel que cuando ríes

temes que se va a acabar



Es constante y arrogante

hacer cambiar es su oficio

Tratamos de controlarlo

pero escapar es su vicio


A veces es un error

otras veces una ayuda

A veces parece un ciclo

a veces una locura


Cuando creemos que sobra

pocos sabemos que hacer

y cuando nos hace falta

somos sin el agua un pez


Para quitarle el dominio

le contamos las pisadas

pero si tratas de huirle

se te mete en la mirada



La luz y la oscuridad

tratan de hacerlo uniforme

así los días y las noches

son simplemente sus bordes


Ni un estante legendario

con sus doce gaveteros

consigue ser el armario

de su ambiguo derrotero



A veces riega el amor

a veces lo contamina

él nunca tiene la culpa

él solamente camina


Va marchitando las rosas

cuando se les mete dentro

pero también es el agua

de semillas y cementos



La música lo aprovecha

los niños no lo comprenden

los ancianos lo conocen

y los adultos le temen


Cuando te ofrezca no abuses

cuando te robe no grites

sé responsable con él

si no le das no le quites


Siempre que tengas la vida

tu le puedes dar la mano

y hacer un trato con él

para que no te haga daño



Siempre que tengas la vida

puedes volver a empezar:

la vida está hecha de _ _ _ _ _ _

y el _ _ _ _ _ _ vida te da.


Texto y Fotos de María Helena Heredia

(Escrito para musicalizar, en 1995)


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domingo, 9 de agosto de 2009

¿PELEAS EN FACEBOOK? ¿POR TEMAS SOCIOPOLÍTICOS?



¿Peleas en las en las redes públicas de Internet? …Lo único positivo de eso es que, en este caso que voy a presentar a partir del tercer párrafo, queda evidenciada una vez más la total libertad de expresión que existe en Venezuela. Aquí todo el mundo habla; todo el mundo se expresa mediante cualquier espacio, llámese televisión, radio, prensa, calle, Internet, otros. Todos podemos opinar y participar activamente en los asuntos de interés común, bien sea porque estemos a favor o en contra de los lineamientos gubernamentales. Lo más importante para lograr acuerdos dentro del Estado actual en nuestro país (y esto es extensivo a cualquier situación de la vida) es actuar sin la influencia del ciego rencor destructivo, sin insultos, sin intereses mezquinos, sin trampas, con esfuerzo, y superando frustraciones malsanas. (…Lamentablemente la oposición política al Socialismo está llena de todas las interferencias para una sana comunicación. Generalmente actua de forma ilegal, ilegítima, y carece de intensiones nobles y claras).

…Sin embargo, aunque como dije anteriormente, algunas discusiones en facebook pudieran llegar a tener algún mínimo valor divulgativo o promotor de reflexión, me perturba darme cuenta que en esta ocasión, los diálogos que se han desarrollado principalmente entre Indira y Andrés (a propósito de las fotos que publiqué en facebook sobre la marcha a favor de la democracia en Honduras), tienen poco contenido y están llenos de palabras ofensivas. No obstante, me llama mucho la atención que aunque las palabras se usan con la evidente intensión de agredir, no necesariamente contienen un sentido peyorativo. Veamos:

Indira -a quien recordaba con sincero aprecio de la época escolar a pesar de que no hayamos sido amigas cercanas- dice que en Venezuela somos IGNORANTES y MARGINALES. Yo pienso que, efectivamente, la mayoría de los venezolanos (sobre todos los que azarosamente no nacieron dentro de una familia adinerada) estuvieron durante los gobiernos anteriores “al margen” de las decisiones económicas y socio políticas que se instauraban en el país. Así mismo, muchos fuimos por largo tiempo “ignorantes” de las verdaderas razones de la desigualdad. En tal sentido creo que, justamente, parte de la belleza de intentar crear y consolidar un nuevo Socialismo, pasa por la tarea de superar la ignorancia y las situaciones de marginalidad o exclusión. En realidad, (y bajo el entendido de que no utilizo esas dos palabras para descalificar destructivamente) creo que la reacción visceral de Indira al ver las fotos, surge precisamente por estar “ignorante” y “marginada” de la realidad venezolana y hondureña. …Cualquiera reacciona así cuando ignora la realidad de un pueblo en su totalidad. Cualquiera reacciona así si escucha solamente una versión de los acontecimientos, la versión parcial o sesgada de los medios de comunicación manejados por los intereses de la derecha norteamericana. Cualquiera reacciona así si vive en una burbuja de bienestar, “al margen” de las necesidades y realidades de los pueblos.

Andrés, a quien quiero como a un hermano y por ello me permito decirle todo lo bueno y lo malo que me inspiran sus comentarios, adorna su defensa atacando con las palabras VIEJA y FEA. La vejez es sabiduría, no creo que deba representar un insulto. Y además infiero que, lamentablemente para Indira, ella no está llena de sabiduría. Creo que, ni tiene el desarrollo espiritual suficiente para generar un diálogo constructivo sobre un tema controversial, ni tiene aún los años que le permitirían deslastrase de lo superfluo. Por otro lado, Andrés: la fealdad es totalmente subjetiva. Además, nuestra concepción de lo que es bello o feo está intervenida en mayor o menor grado por los “ideales” que nos presenta el orden establecido, la publicidad y los medios de comunicación masivos. Yo creo que la verdadera belleza sólo se percibe al amar. (…Y bueno… entiendo que es difícil amar a Indira cuando ni siquiera saluda a su ex compañera de colegio antes de “lanzar” su opinión altanera en una página llamada facebook que -aunque muy criticable como instrumento de chismorreo, superficialidad y robo de información- permite al menos contactar amigablemente a personas que conocimos en otras épocas de la vida, e intercambiar saludos o ideas.)

Por último, según Indira los chavistas somos ANIMALES. Lo primero que tengo que decir al respecto es que los animales son maravillosos. Razonablemente podría llegarse a la conclusión de que en muchos aspectos son superiores a la raza humana. Sin embargo, no caeré en esa discusión porque requeriría muchas líneas de análisis para mostrar mi punto de vista. Lo que en este momento quiero resaltar es que si acaso Indira quiso decir que los Chavistas no razonamos, acierta en algo: en que no razonamos "como ella". Lo hacemos desde una lógica distinta y por eso ella no nos comprende. ...Más aún: no hace falta ser chavista para razonar desde una lógica distinta, desde la solidaridad. No hace falta ser propiamente chavista para interesarse por conocer todas las aristas de un problema social y reaccionar de una manera alternativa al orden establecido. (Y para ejemplo está el propio Andrés que no identifica sus ideales bajo el nombre de un lider, de un partido, o de un movimiento particular. El no puede llamarse “chavista” ni es un activista político y sin embargo es crítico, asume posturas y finalmente apuesta por el bienestar común.)

…Aún puedo ir más allá afirmando que existen personas que se autodenominan chavistas y en realidad no comulgan con los valores promovidos desde el Estado. No poseen una lógica socialista basada en la solidaridad. Actúan bajo los mismos móviles egoístas que impulsaron a la vieja forma de hacer política y vida. Esto es una verdad triste y terrible. La diferencia está, en la forma cómo atacamos esa realidad. ¿Como Indira, que USA simples palabras para descalificar y diferenciarse de lo “supuestamente” negativo? ¿o como los que participamos en Venezuela y otras partes del mundo con acciones, con críticas, con trabajo, con luchas, con debate, con optimismo, con prácticas constructivas inmersas en nuestra dinámica cotidiana?

Propongo que, si de criticar se trata, antes que nada nos ganemos el respeto con el propio ejemplo.



viernes, 24 de julio de 2009

Sin Plectro

Paralelos caminos hacia la nada
son las líneas que escribo.

Se ha derramado la tinta que guardaba para la poesía
y los niños en mi alma se quedaron sin pintar sus casas.


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miércoles, 3 de junio de 2009

AUTORETRATO


Dicen que mis incisivos dientes centrales son las puertas enormes de una Catedral. Pero en mi boca no hay religión, no hay un dios único, ni santas estatuas milagrosas. …En mi boca hay un ángel, ateo y aterido, que te aguarda en silencio.

No tengo lengua detrás de los dientes. No tengo lengua para acusar a alguien, ni para defenderme en los juzgados. No tengo lengua para hablar frente a los perpetuos aduladores, frente a los falsos genios, ni frente a los soberbios camuflados. Tampoco tengo lengua para gritar como mis enemigos. Tengo varias lenguas -innumerables- para besarte hasta en los sueños, durante muchas vidas. Y tengo lengua para usarla, a veces con la tinta como saliva, en la adunada lucha por el respeto a la diversidad. Si me fallara la tinta tengo la misma sangre que se acelera en mi cuerpo cuando te miro. Esta sangre semidulce, sin nacionalidad, que busca patria en la libertad del mundo, contigo.

Mis ojos son tristes, hundidos aún en la ilusión de mi infancia. Rodeados de ojeras. Ahogados en una exhausta acuarela que el asma pintó en mi. Miran todo siempre por primera vez. No tienen memoria. Pero regresan siempre, debes saberlo, al mismo enamorado hombre. Mis ojos son tristes porque temen siempre que dejarán de verte. Cuando supones que estoy cansada, es porque sobre mis párpados saltan y de mis pestañas cuelgan, diminutos duendes que custodian la tibieza de mi hogar.

Desde mi frente, sobre el tobogán de mi nariz, se lanzan los niños que no he de tener. Se lanzan los hijos que crecen y llegan a mi alma transformados en tiernos animales, en proyectos inefables, en nobles amigos, y en la herencia floral que dejará mi lenguaje. En mi frente, brújula para buscar rincones y mural de mis olvidos e indecisiones, ya se adivinan tres preteridas líneas que marcarán mi paso por la vida. Me pregunto si una de esas líneas eres tú que te atreves a posarte suavemente en mi rostro hasta la muerte, hundiéndote cada vez más para llegar a mi corazón.

Mi cabello carece de moral. En sus ondas complicadas todas las vivencias se adhieren. Cada hebra quisiera ser la soga que te atrapa sin dolor, pero en realidad mi cabello es tan ligero, como frágil mi alma en estas circunstancias. Y eres tan libre en la multitud como yo en la soledad.

Casi siempre detrás del cabello esperan mis oídos tus palabras. Pero tu voz (irreverente, traviesa, desordenada, ligeramente ronca, ligeramente dulce) viene poco hacia mí. Mis orejas, como remolinos de viento que nacen en el clima de mi rostro, quisieran alcanzar todas tus ideas para mezclarlas con la mías. Pero tus ideas vuelan rápido y sin mapa hacia otros sitios más concurridos y menos peligrosos.

Me quedo sola entonces pintando autorretratos desvelados. Mirando la inmateria que soy y la materia que sigo siendo.

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miércoles, 6 de mayo de 2009

Globos y Cocodrilos.


Me buscan las palabras y les digo que no estoy. Me tocan la puerta. Se cuelan por todas las rendijas. Algunas, las que rebotan, me pegan en la cara cuando me distraigo. Las que flotan, como la palabra Globo, van cargadas de gente que las piensa. Van gritando lo que son y lo que no son. ¡Como me siguen las palabras!, ¡me acosan!, no me dejan trabajar en paz.

Ayer, cual ventosa, se pegó a mi piel la palabra Volver. Como es un verbo no dejaba de moverse y hacerme cosquillas. Volver es como un temblor en mi alma. Volver es como acostarse sobre los rieles y sentir la cercanía del tren.

Miles de palabras hierven debajo de mi cama y debo tener cuidado para no pisarlas al levantarme. Las pobres son huérfanas de papel y tienen mis nudos en sus gargantas. 

Las más cortas son las peores y entre ellas destaca la palabra Usted. Usted que tiene más significados que cualquier palabra. Usted que se posa sobre cualquier persona. Usted que me persigue desde que apareció. Usted que cuando Volver piensa, todo estalla.

Las palabras como Cocodrilos me están invadiendo. Se están comiendo todo. ¡He perdido tanto peso por culpa de las palabras! Cuando las niego se enfurecen; cuando las uso se quejan del contexto; cuando las evado me atormentan; cuando las escribo, se duermen en las gavetas que parecen urnas.

...Y entre todas las palabras, la peor es la palabra Usted. Usted que tiene alas y se ha quedado junto a mi.

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