miércoles, 6 de mayo de 2009

Globos y Cocodrilos.


Me buscan las palabras y les digo que no estoy. Me tocan la puerta. Se cuelan por todas las rendijas. Algunas, las que rebotan, me pegan en la cara cuando me distraigo. Las que flotan, como la palabra Globo, van cargadas de gente que las piensa. Van gritando lo que son y lo que no son. ¡Como me siguen las palabras!, ¡me acosan!, no me dejan trabajar en paz.

Ayer, cual ventosa, se pegó a mi piel la palabra Volver. Como es un verbo no dejaba de moverse y hacerme cosquillas. Volver es como un temblor en mi alma. Volver es como acostarse sobre los rieles y sentir la cercanía del tren.

Miles de palabras hierven debajo de mi cama y debo tener cuidado para no pisarlas al levantarme. Las pobres son huérfanas de papel y tienen mis nudos en sus gargantas. 

Las más cortas son las peores y entre ellas destaca la palabra Usted. Usted que tiene más significados que cualquier palabra. Usted que se posa sobre cualquier persona. Usted que me persigue desde que apareció. Usted que cuando Volver piensa, todo estalla.

Las palabras como Cocodrilos me están invadiendo. Se están comiendo todo. ¡He perdido tanto peso por culpa de las palabras! Cuando las niego se enfurecen; cuando las uso se quejan del contexto; cuando las evado me atormentan; cuando las escribo, se duermen en las gavetas que parecen urnas.

...Y entre todas las palabras, la peor es la palabra Usted. Usted que tiene alas y se ha quedado junto a mi.

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