domingo, 17 de diciembre de 2006

Contra el vidrio


Puse mis manos contra el vidrio. Tú estabas al otro lado sin percatarte de mi presencia. Si hubieras volteado habrías visto mis palmas blancas pegadas como chicles. Te llamé, grité tu nombre. No podías escucharme.

A este lado de la pared de vidrio mi vida era feliz. …Pero vi tus ojos, tu mirada de animal cautivo, tus inquietas manos solas. ¡Habría roto las cuerdas que sostienen al universo para estar contigo!. Pero no me oías, no volteabas, no podías leer mis labios.

Cerré los puños y golpee el vidrio con la esperanza de llamar tu atención. Tú seguías inmóvil, esperando a alguien. Soy yo -quería gritarte- soy yo a quien esperas.

Licencia Creative Commons
El texto de esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

como hago para alcanzar tus manos?, como podría romper el frío cristal?, como desafiar las barreras que separan al mundo real del virtual?...quiero alcanzarte!!

Anónimo dijo...

No te conozco y te conozco…
Insomnios y fracturas quebraron mi noche
la vez que una rosa te esperó
entre lluvias y propuestas
entre ternuras y poesías
entre bellas furtividades que imagino…

No te conozco y te conozco…
Mis aleteos de mariposa oscura
se agitaron en imaginerías extrañas
mil veces negadas…
Latidos nocturnos
se columpiaron en el abismo de la noche
y violentaron la paz de mis vigilias
(que escuchan cómo las paredes crujen en luna llena)…

Vagué de universo en universo
desde entonces…
Quise alcanzar la sombra del poeta
impenetrable
e inciertamente cierta…


La cúpula de jade del cielo se quebró
Y nunca más tuve paz…
Astillas punzantes entraron en mi corazón
entre utopías y ternuras
Bajo otros signos…
Bajo otras aguas…
Bajo otros dramas…
Con dolor y con desesperanza…

No te conozco y te conozco
Y me pregunto si eres o no eres
la que en verdad siempre esperó;
o la que quiso esperar siempre
allende la frontera de vidrio
que golpeaste
y que quizás
-aún no lo sé-,
rompiste…