martes, 26 de diciembre de 2006

Pequeño Tributo al Universo

Desde niña mi vida estuvo marcada por las contradicciones. Mi madre era alegre, amorosa, traviesa. Mi padre serio, severo, poco expresivo. Ella muy bien adaptada al sistema capitalista. Él, de inmenso y coherente corazón comunista. Vivíamos en una zona muy lujosa, pero nuestro modo de vida se alejaba bastante de la abundancia económica. …Yo misma encarnaba una contradicción: sentía un alma saludable y fuerte, pero mi cuerpo -mis enfermizos pulmones- no me dejaban ser libre. …Fui sobreprotegida, consentida y en cierto sentido, solitaria.

A falta de amigos y de plena libertad, desarrollé la imaginación.

…Pero aun imaginando, la vida era una contradicción.

La navidad, por ejemplo, era bella y horrible. …En ella había toda la magia que mi corazón esperaba, pero no podía dejar de percibir la crudeza de la realidad, el dolor de mis seres queridos que en esas épocas se intensificaba, las injusticias del mundo.

¿Los árboles de navidad? …Sin que nadie lo supiera fui creciendo con una idea triste de ellos hasta llegar a rechazarlos totalmente.

…¡Pobres pinos los que son arrancados de la vida para servir de ornamento pasajero!, ¡Que cantidad de adornos sin utilidad ni significado!, ¡Que falta de sentido práctico y hasta de creatividad!, ¡Que vacío de contenido! …Un tributo a la superficialidad, a la repetición automática y sobre todo al consumo sin criterio. …En ocasiones un árbol de navidad puede ofrecer cierto goce estético, en ocasiones puede propiciar la unión de la familia… pero es una fantasía sin sentido!

El año pasado, ya bien crecidita por cierto, tome plena conciencia de que quizas por un deseo de mantener la ilusión en mi vida, mis pensamientos no habían ido acompañados de la acción. Es decir, siempre había puesto en mi casa un arbol de navidad que, aunque artificial para no contribuir con la muerte innecesaria de los pinos, era el reflejo de un acto sin verdadero sentido. Me revelé por fin ante lo que muchos esperaban de mí y ese año dejé de poner arbol navideño en mi casa. Parece mentira que con un acto tan simple como dejar de seguir ciegamente una costumbre, se pueda hacer también revolución…

…De pronto, este año, en vísperas de las elecciones presidenciales más bellas que he vivido, pasó algo extraño. Recordé casi oníricamente las palabras de una genial profesora de la Universidad Central de Venezuela: Itala Scotto Domínguez. Ella explicó en una oportunidad, según creo, que la forma cónica de un pino representa para algunas culturas un modelo del universo

Entonces, llena de renovada energía creadora, visualicé un significado maravilloso para el árbol de navidad. Y fue así como construí este pequeño sistema solar: un tributo al Universo, un tributo también al respeto por la diversidad...

...Tal vez cualquier árbol de navidad, si es hecho con propósito, si simboliza algo para sus autores, si proporciona alegría sin alienar ni esclavizar, tiene sentido! (mejor, claro, si es artificial)

Lo dedico a 12 de mis amigos, porque ellos, siendo tan distintos entre si como los planetas y demás cuerpos celestes, conforman mi universo de recuerdos más intensos para este mes de Diciembre 2006.

A Gloria, que
me acompaña a menudo desde México
y esta aprendiendo a volar.

A Katiuska Aguilera, que esta guardando un milagro en su pancita
y lo dará al mundo en Estados Unidos junto a Wilson y Tequila.

A Reinaldito Santana: Donde estas?
en México, En Argentina? En Chi
le?
Con la Señora Pura?

A Luiza, mi querida ahijada brasilera, hija de mi hermana Mara Franco.

A Leonardo Alfredo Colmenares, sin más palabras
que las que voy a decirle un día.

A Agustín Ridell por estimular mi cerebro y mi corazón.

A Luís Chirinos, mi adorado casi-colega que constantemente está presente.

A Darvin Romero Montiel, que desde Bolivia y desde siempre construye socialismo.

A Daniel A. Hernández, que transformó mi mundo para siempre
y acaso no lo sabe.

A Sonia Borras, porque sin ella me muero de tristeza.

A Nereida Márquez, que además es la luna más bella de Neptuno.

A Antonio Russoniello, el mejor de todos mis amigos,
mi compañero de viajes,

Mi Sol


4 comentarios:

Unknown dijo...

Amiga del alma, gracias por darme un lugar en tu arbolito...
Tú sabes cuanto te quiero y extraño a pesar de los kilómetros que nos separan, nuestra amistad no tiene límites ni fronteras!
Espero verte pronto!
Un fuerte abrazo!
Mary July
Rosángela
Eloina Ortiz Marín
Alias Gloria María

Unknown dijo...

No se que será el árbol de los demás, el tuyo es el universo.

Antonio Russoniello dijo...

todo un placer ocupar ese lugar tan privilegiado en el árbol de tu vida. Todo el universo podría desvanecerse, las estrellas, los astros, las nebulosas y tan solo el sol seguiría alumbrando tercamente con la única condición de que un único planeta vivo, hermoso, vibrante, magnético, siga flotando en las ondas celestiales; es evidente, ese planeta, eres TU!. Si desaparecieras TU, el sol dejaría de ser un ente luminoso y vital para convertirse en una fría roca de polvo y hielo.

Leon dijo...

¿???????¿¿¿¿¿¿??????
Quedan palabras por decirse...
lo bueno es que al arbol lo vi...
la sombra de ese arbol me ha cobijado algunos minutos de los ultimos meses...
la tierra de la q se alimento ese arbol esta llena de fertilidad y nutrientes no organicos mas si espirituales...
un simbolo de la 'cultura' contraculturizado por ti!!!!
Essas palavras que näo conheço säo as que eu quero ouvir dizer-se